Transformar el sistema de cuidados en España. Con ese objetivo, el Consejo de Ministros del pasado martes dio luz verde a una inversión de 730,8 millones. Para sumar esta cantidad, se recurrirá a los fondos europeos para salir de la crisis generada por el COVID-19. Así lo ha anunciado la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra.
Esta inversión pretende que el modelo residencial vigente mute hacia otro de atención en sus hogares a las personas dependientes. De la cantidad ya mencionada, 482 millones se destinarán a un Plan de apoyos y cuidados de larga duración. Mediante éste, se pretende atender prioritariamente a las personas mayores o dependientes en sus domicilios. Cuando eso ya resulte imposible, el objetivo es que pasen a residencias más pequeñas y con un personal más estable.
En casa, mejor
Según la ministra, en la situación actual “no se está atendiendo adecuadamente ni a las necesidades de personas mayores y dependientes y tampoco a sus deseos”. Bajo su punto de vista, la mayoría prefiere recibir atención en sus casas mientras sea posible.
Entre los beneficios de este Plan, Belarra también hizo referencia a la “generación de empleos no deslocalizables”. También consideró que ayuda a “fijar población en el medio rural” y que contribuye a “mejorar las condiciones de un sector muy feminizado y tradicionalmente precario, como el de las trabajadoras del hogar o del sistema de atención a la dependencia”. El reparto de estos fondos se concretará, próximamente, en el Consejo Territorial de Dependencia.
Además, 216 millones se invertirán en el Plan de modernización de los servicios sociales. Su objetivo es hacerlos más accesibles y eficientes para la ciudadanía. Por otra parte, 31 millones irán a parar al Plan España Accesible. Mediante éste se pretende solucionar problemas de accesibilidad física o cognitiva para personas con diversidad funcional y mejorar la accesibilidad al transporte público.
Aquí puedes leer más información sobre esta importante inversión.
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