Barcelona lidera la implantación de un modelo innovador de atención domiciliaria centrado en la comunidad, la proximidad y el trabajo en equipo
Una transformación necesaria para los cuidados en el hogar
En el contexto de una población cada vez más envejecida y una creciente demanda de cuidados en el hogar, los servicios de atención domiciliaria (SAD) enfrentan el reto de adaptarse para ser más sostenibles, humanos y eficaces. Uno de los modelos que está marcando esta transformación es el SAD de proximidad, una propuesta organizativa que tiene como objetivo reorganizar los cuidados en clave comunitaria y territorial.
¿Qué es el SAD de proximidad?
El modelo de SAD de proximidad parte de una reorganización territorial del servicio. En lugar de una estructura jerárquica, basada en prescripciones cerradas y profesionales individuales, este nuevo enfoque propone:
- Dividir el territorio en “islas sociales” de entre 40 y 90 personas usuarias.
- Crear equipos estables de entre 10 y 15 profesionales que operan dentro de un mismo entorno geográfico.
- Establecer vínculos estrechos con los Centros de Servicios Sociales (CSS) y las Áreas Básicas de Salud.
- Fomentar el trabajo en equipo, la autogestión y la flexibilidad horaria.
Esta aproximación permite adaptar mejor el servicio a las necesidades reales de cada persona usuaria, optimizar los desplazamientos, reducir el impacto de los cambios de profesionales y mejorar la coordinación entre los actores del sistema de cuidados.
El caso de Barcelona: de la teoría a la práctica
Desde 2017, el Ayuntamiento de Barcelona, a través del IMSS, ha iniciado un proceso progresivo de implantación del modelo de proximidad en el SAD. A octubre de 2023, ya se habían desplegado 92 equipos de proximidad, que cubren los 10 distritos de la ciudad y atienden aproximadamente al 35% de las personas usuarias del servicio, es decir, más de 6.300 personas.
El modelo se inspira en iniciativas como el neerlandés Buurtzorg, pero adaptado al contexto urbano de Barcelona y su red de servicios sociales de base. Además, se vincula con el planteamiento de las “superillas urbanas”, apostando por estructuras más humanas, accesibles y cercanas.
Resultados e impactos observados
Diversas evaluaciones, entre ellas un estudio de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (2022), han recogido impactos positivos tanto para las personas trabajadoras como para las usuarias:
Para las personas trabajadoras:
- Mayor autonomía y capacidad de decisión.
- Mejor conciliación laboral y familiar.
- Disminución de los desplazamientos y de la rigidez horaria.
- Reducción de la sensación de aislamiento gracias al trabajo en equipo.
- Aumento del apoyo emocional entre compañeras.
Para las personas usuarias:
- Mejor continuidad del servicio, pese a los inevitables cambios de profesional.
- Mayor ajuste en la duración y frecuencia de los servicios.
- Mejora en la comunicación con el entorno familiar y comunitario.
- Alta satisfacción: una puntuación media de 8,4 sobre 10 en las islas de proximidad (por encima del 8,1 general del SAD clásico).
Condiciones necesarias para su despliegue
La implantación del modelo no ha estado exenta de desafíos. Algunos elementos clave han sido:
- Disponibilidad de locales en los barrios para que los equipos puedan reunirse y coordinarse.
- Reorganización del territorio para evitar la convivencia de modelos diferentes dentro de un mismo CSS.
- Generación de confianza entre prescriptores del servicio para permitir flexibilidad.
- Adecuación normativa y laboral para recoger nuevas figuras como la TF mentora o mecanismos de autogestión.
- Disponer de herramientas de gestión que permitan visualizar la distribución territorial, planificar rutas y ajustar cuadrantes de forma dinámica.
Herramientas de soporte: el papel de la tecnología
Aunque el eje del modelo es organizativo y comunitario, la tecnología ha sido un elemento facilitador clave. En este sentido, algunas soluciones tecnológicas —como las desarrolladas por Gesad— han permitido:
- Gestionar la cobertura territorial con mapas y rutas visuales.
- Optimizar los desplazamientos según condiciones reales del tráfico.
- Integrar las asignaciones horarias con criterios de eficiencia y cercanía.
Si bien la tecnología no es el centro del modelo, sí ha sido indispensable para su gestión operativa y seguimiento.
Lecciones aprendidas
El proceso de implementación ha dejado valiosas enseñanzas:
- El cambio organizativo debe ir acompañado de comunicación clara a profesionales y personas usuarias.
- La gestión del cambio requiere tiempo, ajustes progresivos y evaluación continua.
- La proximidad no es solo una cuestión geográfica, sino también relacional: mejora el trato, la coordinación y el sentido de pertenencia.
- La sostenibilidad del SAD pasa por mejorar las condiciones laborales y la calidad del servicio, no por aumentar la presión sobre el sistema.
Conclusión
El modelo de SAD de proximidad, tal como se está desarrollando en Barcelona, representa una apuesta clara por reorganizar los cuidados desde el territorio, la comunidad y la cercanía. El camino iniciado ha demostrado ser eficaz para mejorar tanto la calidad del servicio como las condiciones de trabajo, y puede servir de referente para otras ciudades que buscan un enfoque más humano, sostenible y eficaz en sus servicios domiciliarios.
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