Banderas de la UE

Un estudio analiza el panorama del sector en Francia, Italia, Portugal y algunos países nórdicos: éstas son sus conclusiones

Resulta habitual que nos quejemos en España de cómo funciona el servicio de la Ayuda a Domicilio, ya sea por sus presupuestos o por cómo se gestiona. En este sentido, resulta muy interesante un trabajo llevado a cabo por las investigadoras Rosana Vizcaíno Cañadas y Carolina Hernández Sánchez, en el que han analizado cómo funciona la asistencia domiciliaria en otros países de Europa, como Italia, Portugal, Francia o los estados nórdicos. Este trabajo se ha realizado en en marco del proyecto de Innovación Docente y Buenas Prácticas del Plan FIDO UGR 2018, llamado INTERDISCIPLINAR DE ANÁLISIS PEST: RELACIONAR PROFESIONES SOCIALES Y EMPRESA de la Universidad de Granada, en el que ha colaborado activamente Grupo Trevenque. Aquí os contamos algunas de sus conclusiones:

Italia

El gasto en dependencia representa un 1,7% del PIB. Actualmente, de esa cantidad se destina el 30% para cuidados en domicilio y semi-residenciales. El servicio se costea a través de impuestos y copago y existen dos tipos destacados de cuidados, con una distribución territorial desigual de la extensión del servicio público. Por un lado, los servicios públicos de carácter formal, habituales en el norte de Italia. Por otro, los cuidados informales prestados por las propias familias, en gran medida localizados en el sur. Respecto al proveedor elegido por los responsables, destaca la participación del sector privado, con una presencia del 65% en lo referente a los gastos de dependencia. La asistencia domiciliaria juega un rol cada vez más destacado, de forma que alrededor del 6.6% de los mayores de 65 años recibió atención domiciliaria privada.

Italia apuesta por la permanencia de la persona en su propio domicilio particular, reduciendo la institucionalización de los cuidados.

Portugal

Este modelo de financiación puede incluir fondos gubernamentales y recursos de los propios usuarios a través de cuotas de usuario. Dentro de los servicios relacionados con la dependencia encontramos los orientados a prestar cuidados de rehabilitación, los cuidados paliativos y los cuidados de atención domiciliaria. Estos últimos tienen las tasas de uso más baja, limitadas a un 68,4% respecto a los otros tipos de cuidados. Según el nivel de dependencia de la persona, se le reconoce a ésta el derecho a un subsidio más o menos elevado. Normalmente, la cantidad mensual del subsidio de dependencia se encuentra entre los 103 y 186 euros. No obstante, para aquellas personas que no pueden realizar tareas como la alimentación, higiene o la movilidad por ellos mismos la pensión asciende a 600 euros

Portugal tiene la tasa más alta de atención domiciliaria informal de Europa, así como la tasa más baja de atención no domiciliaria y una de las tasas de cobertura de atención formal más bajas.

Francia

La cobertura de la financiación de los servicios prestados por el sistema de salud pública se realiza a través de dos vías: la contributiva como las cotizaciones, y la no contributiva, que se costea mediante el cobro de impuestos. La atención institucional francesa a la prestación de este tipo de servicios es superior a la de otros países vecinos. Aunque el gasto sea mayor que la media europea, el número de personas dependientes que tienen el servicio es menor que en la media europea. En Francia, solo el 40,7% están recibiendo servicios de dependencia, mientras que la media europea asciende al 53%. En lo que se refiere al sector privado, cabe destacar que éste adquiere especial importancia en la atención a mayores. Un tercio del gasto sanitario para personas mayores dependientes es proporcionado por instituciones privadas.

En Francia también predomina el rol de la mujer como cuidadora en el ámbito familiar. En esto es clave que los cuidadores informales que tienen trabajo pueden pedir tres meses de baja no remunerada para cuidar a personas dependientes de su entorno familiar.

Países nórdicos

La cobertura de la financiación de los servicios a la dependencia se produce de dos formas. Una de ellas es a través de los impuestos de ámbito nacional y local. Otra es el copago, dependiente tanto de la renta de la persona solicitante del servicio como del tipo de servicio que ésta solicite. A diferencia de otros modelos, en los países nórdicos las personas dependientes no reciben ayudas económicas para contratar a personal de ayuda, sino que es el propio sistema de salud público quien cubre directamente las atenciones necesarias. Esta medida se realiza para disminuir el trabajo informal en este sector.

Aunque lo público prima en este ámbito, el sector privado está ganando cada vez más terreno en estos países y prestando también ayudas a la dependencia.